Desde luego un vaso puede sostenerse de pie por sí mismo con una
abertura en la parte superior, la cual es de igual o mayor diámetro que
la base, siendo estos diámetros usualmente menores a la altura del
recipiente. La base forma parte del receptáculo contenedor (a diferencia
de una copa) y no tiene asas u orejas. Es un recipiente destinado para
contener la bebida de una persona y del cual se bebe directamente, a
diferencia de una jarra. Usualmente el tamaño permite que sea fácil de
asir con una mano sin necesidad de asas u orejas. El material de un vaso es una característica importante ya que debe
contener al líquido sin contaminarlo y sin deshacerse. El vaso suele
estar hecho de un solo material. El vidrio
es el material por excelencia de los vasos al punto que en lenguas como
el inglés, el alemán o el francés se usa la misma palabra para vaso y vidrio: glass, Glas, verre,
respectivamente. Además del vidrio, los vasos pueden ser fabricados en
distintos plásticos, papel, metal o cerámica, aunque estos últimos
pueden ser también llamados pocillos. Las forma más común es en forma de
cilindro o de cono truncado. Tiene un fondo de material más grueso para soportar la temperatura. Pero además, los vasos, a veces sirven para crear música, ya que las hondas que producen, combinadas con su forma cóncava y el agua o líquidos que contenga, hacen que se formen sonidos. Y en ocasiones, podemos disfrutar de auténticas canciones tocadas de una forma novedosa y sorprendente, como en esta ocasión que os ofrezco el famoso tema de las películas de la saga del mago más famoso de todos los tiempos, Harry Potter.